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martes, 23 de abril de 2013

Otra vez.

Miró el suelo ensangrentado y soltó la cuchilla entre lágrimas. Otra vez.
Siempre se decía a sí misma que ese día pararía, que lo solucionaría, que encontraría otra forma.
Pero eso nunca ocurría.
No eran sólo las burlas ni el hecho de no quererse, sino la misma mierda de todos los días, los problemas que parecían no tener solución, el miedo de levantarse otra mañana más, las ganas de no volver a despertar después de haberse dormido. 
Se dijo entonces que le gustaría ser más guapa, más delgada, otra persona; despertar todos los días con una reluciente sonrisa, gustarle a alguien; volver a casa y que su familia la recibiera con los brazos abiertos en vez de a gritos; reír en vez de llorar y no tener que pensar más que en qué ropa se pondrá mañana; poder aprenderse un tema con tan sólo leerlo para que su madre no la llame inútil; mirarse en el espejo y no avergonzarse de lo que ve.
Agarró la cuchilla de nuevo y la hundió más al fondo.
Y deseó por enésima vez desangrarse y morir de una puta vez.

domingo, 14 de abril de 2013


Hay algunos días en los que, incluso no sabiendo por qué, te sientes triste. Parece como si el mundo fuese gris, no tienes motivos para sonreír o simplemente no quieres.
Hoy es uno de esos días.

miércoles, 10 de abril de 2013

Vivo con miedo. Miedo de que me veas por los pasillos y me insultes para que todo el mundo se ría. Miedo de que los pocos amigos que tengo se cansen de mí por ser tan gilipollas. Miedo de que te des cuenta de que me duelen tus insultos. Miedo de que me veas llorar. Miedo de que veas cómo me derrumbo porque sí que me importa lo que la gente dice. Miedo de que tus amenazas se conviertan en realidad. Miedo de mí misma por lo que pueda hacer si esto no cambia. Miedo de que pueda tomar una decisión que le cambie la vida a mi familia. Miedo de que me encuentren tirada en el suelo del baño. Miedo de lo que provocas en mí. Miedo de ti.

lunes, 8 de abril de 2013

El problema cada vez es más gordo y no sabes cómo solucionarlo porque la oscuridad es más profunda y te arrastra con ella. Te dicen que todo se solucionará, pero eso nunca pasa. Siempre es lo mismo. Pero, dicen, siempre hay algo por lo que seguir luchando. Te puedes caer dos veces, pero levántate tres; puedes derrumbarte cuatro veces, pero recomponte cinco. Piensa en alguien al que le importas y hazlo por esa persona, porque él o ella se lo merece.
Sé que a veces parece como si no le importaras a nadie, que no hay nadie en el mundo que te quiere, pero no es así, siempre hay alguien. Piensa en algo que te haga sonreír y continúa en pie, sin caerte, y si no se te ocurre nada, te lo inventas, que para eso existe la imaginación. Cuando la realidad sea insoportable, en el caso de que te guste hacerlo, lee un libro. O la música ayuda. O el chocolate. O el helado. Lo que sea, pero sigue luchando. Siempre.

lunes, 1 de abril de 2013

La gente te mira, pero no te observa atentamente. La gente te oye, no te escucha.
Si te observaran atentamente vería que ya nunca llevas camisetas de manga corta por los cortes en los brazos. Si te escuchara habrían entendido que estás pasando por un mal momento y que no ves la salida.
Tendría que haber siempre alguien ahí.
Diferente, pero no rara.
¿Por qué designas a una persona que no conoces con ese adjetivo? No lo entiendo.

Defectos.

No os imagináis el dolor que pueden provocar vuestras palabras, o sí lo sabéis y no os importa, no lo sé. No sabéis las veces que me como la cabeza por lo que me decís pensando si debería cambiar, si hay algo malo en mí. Si algún día le gustaré a alguien.