Traductor

martes, 19 de noviembre de 2013

Algún día.

Algún día te diré todo lo que pasó por mi cabeza, lo que pensé al verte, lo que pensé cuando me hablaste. Algún día te diré si esos insultos que me decías no me afectaban, como yo te hacía pensar, si todo lo malo que señalabas en mí me hizo cambiar. Algún día te diré si influiste en mí de alguna manera, si, tal vez, me hiciste más fuerte o sólo lo fingí para ver si me dejabas en paz. Algún día, espero, levantaré la cabeza bien alta y te diré todo lo desagradable que me guardaba para mí, que dirigí a la persona equivocada en vez de a ti. Algún día te reclamaré todas las lágrimas que solté por hacerme sentir mal, por creer que no merecía estar aquí. Algún día intercambiaremos los papeles y tú serás la víctima, la que es torturada, la que se martiriza por culpa de otros, la que no cree en sí misma, la que piensa mal de cada sonrisa.
                                      Sí, algún día.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Lo he estado pensando y me he preguntado si algún día llegaré a estar realmente bien. Cada vez que parece que soy por fin feliz, viene algo, recuerdo algo, que me hace volver al maldito agujero negro. A veces te echaba la culpa de mis errores, cuando me equivocaba, si hacía algo mal, pero esa excusa ya no me vale. Durante todos estos meses te he criticado, de vez en cuando incluso te he odiado, pero no puedo más. Se supone que son las cosas que hacemos las que nos definen, pero tú... ¿Por qué me haces esto? ¿Por qué tengo que aguantarlo? ¿No ves que no estoy preparada, que no estoy lista? Pensé que eras diferente, me tenías engañada, pero alguien me ha quitado la venda de los ojos. ¿Crees que es agradable? Porque no lo es. Ves como una persona en la que se supone que tienes que confiar te falla, y no una vez, ni dos, sino una y otra, y otra, y otra vez. Pero te quiero, y eso es lo que más duele, que una persona a la que quieres y que se supone que te quiere te falle. Y a veces le resto importancia a tus equivocaciones diciendo que no puedes hacerlo, que estás mal, pero ellos me dicen otra cosa. ¿Sabes lo es que alguien te martirice criticando a alguien a quien quieres? ¿Sabes lo que pasa cuando ocurre eso? Que acabas odiándolo, acabas dándoles la razón. Y te repito que te quiero, mucho, muchísimo, a veces, demasiado, pero no puedo más, de verdad. No puedo.