Traductor

lunes, 19 de mayo de 2014

El tiempo continúa pasando y sigo sin saber qué palabras escoger. Tal vez éramos... como olas, sí. Podíamos estar tranquilos y de repente echos una furia. Nos revolvíamos y calmábamos en décimas de segundo.
Porque supongo que ese era nuestro estilo.
Tú te reías y yo me enfadaba; me sonreías y yo me aplacaba.
Y sin saberlo seguiste haciendo huella en mí, cada vez más hondo.
Hasta que llegó un día en el que no te pude sacar de mi cuerpo.
Dicen que estamos formados por fragmentos de otras personas, que cogemos partes de ellos.
Puede que sea como soy ahora por ti, porque, aunque te fuiste, me dejaste algo, y eso que pensé que me habías abandonado privándome de todo.
Después de tu marcha vinieron los días grises, las noches tirada en la cama. Aunque tú, por supuesto, no lo sabes. Pero una pequeña parte de mí, esa tan sumamente masoquista, esperaba que volvieras.
Tal vez lo enfoqué mal. Te fuiste, sí, pero me legaste algo bueno: recuerdos.
Recuerdos fantásticos en los que estábamos tú y yo; nosotros.
Y puede que eso sea lo único que vuelva a tener de ti, pero no me arrepiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario