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miércoles, 11 de septiembre de 2013

Ya no estaba y tampoco volvería.

Encontró la nota encima de la mesita de noche. La habitación aún conservaba su olor, pero no notaba su presencia por ningún lado de la casa.

      "Lo siento. El dolor ha podido conmigo y me he ido. Me dijeron que era fácil y... Dios, lo que quería creerles. Pero no pude. No sé si fue pasarlo tan mal lo que me lo impidió, pero hace mucho que no consigo poner una sonrisa que no sea falsa, algo que demuestre que me gusta vivir, que lo disfruto. 
      Nunca os lo he dicho, pero me han insultado. De hecho, si no me hubiera ido, me habrían insultado hoy también. Porque nunca seré lo suficientemente buena. Ni guapa. Ni delgada. Nada, eso es lo que soy, eso es lo que siento. Ya ni recuerdo la última vez que recibí palabras alentadoras que me ayudaran a seguir, a levantarme. Sólo recuerdo el oscuro agujero en el que estoy metida y del que no consigo salir. Lo difícil que se me hace no querer perderme y que no me recuerde nadie, porque a veces también noto que ya ni os importo.
      Os preocupáis por mi lo justo, los estudios, que coma. Pero yo no quiero comer y tampoco tengo fuerzas para estudiar. Quiero dormir para siempre, que nadie me despierte. 
      Odio el instituto, la gente que hay en él. Sus caras que me sonríen burlonas, sus bocas que sueltan palabras feas dirigidas hacia mi persona. No lo aguanto. No sé si lo recuerdas, pero te pedí ayuda. A ti y a él. Y dijisteis que exageraba. Ahora que no estoy, espero que lo entendáis. No es vuestra culpa, es la mía por creer cosas que no eran, que todo es pan comido. Aunque no lo sea.
      Nunca te he dejado verlos, pero tengo cortes en las muñecas. Cojo la cuchilla cuando no aguanto lo que me grita la cabeza, lo que me pide que haga. Y por última vez la escucharé y no le haré caso. Tal vez tú seas feliz, pero yo no. 
      He vomitado. He sentido cómo la comida subía y después no he podido sino echarme a llorar por lo que estaba haciendo, porque siento que no me lo merezco, pero ellos me hacen pensar que sí. Me voy de este mundo como vine: llorando. Siento que la tinta se haya corrido, pero me ha entrado miedo de lo que vendrá a continuación. Miedo de si volveré a sufrir. Siento haber sido tan mala hija y el monstruo más horrible que hayáis conocido."

Las lágrimas corrían por sus mejillas al darse de cuenta de que ya no estaba, de que no volvería.

2 comentarios:

  1. Yo... Sé que no soy nadie, que no nos conocemos pero, si quieres hablar conmigo, házmelo saber y nos pondremos en contacto.

    No, no te mereces nada de todo esto.

    Lutz.

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    1. Muchas gracias, de verdad, significa mucho, en serio. Lo tendré en cuenta y que sepas que lo mismo te digo.
      Un abrazo muy, muy fuerte.

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