Los ojos me queman por las lágrimas no derramadas; la garganta me arde por no haber emitido los sollozos que con tanta fuerza quieren salir; los pulmones se me obstruyen por el aire que parece no entrar en ellos; se me quiebra la voz por las palabras que no consiguen salir mas que atropelladamente.
Y lloro.
Y no cambia nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario